Poseía el mayor superpoder de todos: la invisibilidad. El mundo veía a Bunny como un canino excepcionalmente agradable. Nadie intentó observarlo, como si no existiera. Sin embargo, un individuo de buen corazón lo notó y decidió tomarlo bajo su cuidado.

Sin comprender lo que había ocurrido en su pasado, sintió lástima por él: ¿quién lo había puesto en circunstancias tan terribles? Vagó por las calles sin rumbo fijo y sin hogar. Estaba a merced de las convulsiones y no parecía tranquilizador. La intervención urgente, asignada a un especialista en la materia, debía completarse lo antes posible.

En lugar de huir de él, como habían hecho muchos antes que él, tomó el asunto en sus propias manos. Tenía la esperanza de recibir el tratamiento necesario para sobrevivir.

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El paso inicial fue transportar a Bunny a una clínica veterinaria para los exámenes necesarios. El diagnóstico reveló que sufría de atonía intestinal o falta de peristaltismo intestinal. Debido a esta circunstancia, luchó por cumplir con sus demandas y, como resultado, su abdomen creció.

La operación fue un éxito y después de tres días el canino ya mostraba excelentes síntomas. Su instinto de supervivencia lo ayudó en el delicado proceso de reparación. En los días que siguieron, continuó exhibiendo una mentalidad de crecimiento tgop _attip.

Cualquiera que se le había acercado anteriormente y ahora, habiendo descubierto una cara amiga, lo hizo para ganar fortaleza. Por otro lado, el salvador habría corrido 250 kilómetros con él en brazos para garantizar su seguridad.

Cada uno le dio valor y fortaleza al otro hasta que, al día 20 de hospitalización en la clínica, los médicos dieron el visto bueno para el alta, el final feliz. A pesar de su apariencia bastante sombría, Fido conoció a una familia ansiosa por brindarle todo el apoyo y optimista sobre su probabilidad de recuperación.

Cuando salió del edificio, dgatsau había cambiado artísticamente y en seguridad en sí mismo. Tales cuentos nunca dejan de ocupar el eagt!
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