Cuando Barilla, una perra en Granada, España, llegó a un centro de rescate de perros y gatos, se encontraba en un estado alarmante. Demacrada y débil, sus órganos apenas funcionaban y había perdido la capacidad de caminar, paralizada en un punto.
El personal del centro de rescate estaba profundamente preocupado por las posibilidades de supervivencia de Barilla. Con un peso de tan solo 7,2 kg, cada momento que pasaba era crítico y el tiempo no estaba de su lado.
Como Barilla no podía valerse por sí misma, el personal dedicado le brindó un sistema de apoyo para ayudarla a fortalecer sus músculos. Se aseguraron de que estuviera hidratada durante seis horas antes de intentar introducir cualquier alimento nutritivo.
Las cicatrices cubrían las cuatro piernas de Barilla, resultado de sus luchas anteriores en las calles.
Después del período de hidratación de seis horas, Barilla logró levantarse y beber agua, pero su fuerza duró poco.
En el transcurso de una semana, con cuidado y terapia cuidadosos, Barilla ganó 4 kg. Sin embargo, todavía no podía caminar ni estar de pie durante períodos prolongados y, a menudo, tropezaba con el suelo. Le tomó otras seis semanas comenzar a comer adecuadamente, pero finalmente recuperó la capacidad de correr y saltar como cualquier perro sano.
Barilla mostró una lealtad inquebrantable hacia el personal que la atendió durante su recuperación.
Eduardo Rodríguez, el dueño del albergue, quedó prendado del espíritu de Barilla y decidió adoptarla. Ahora vive con Eduardo, su esposa, su hija de 14 años y otros cinco compañeros caninos en su casa en las afueras de Granada.
Después de meses de vivir en las calles, Barilla finalmente tiene un lugar que puede llamar suyo.
Eduardo compartió que esta adopción fue la primera desde que perdió a uno de sus perros en un accidente hace cinco años. “Su voluntad de sobrevivir fue increíble y sentí una conexión instantánea con ella”, expresó, reflexionando sobre su decisión.
Desde un principio, Eduardo y Barilla compartieron un vínculo extraordinario de amor y devoción. Su recuperación ha sido poco menos que notable. Al cuarto día de su rescate, consumía de cinco a seis comidas al día y ganaba 1 kg diario. El peso de Barilla ahora es de 20,8 kg y está casi completamente curada.
La comunidad local descubrió la difícil situación de Barilla y de inmediato informó al centro de rescate ya las autoridades. Con tan solo diez meses cuando fue rescatada, la policía investiga activamente las circunstancias que llevaron al angustioso estado de Barilla.
La historia de Barilla es un testimonio de la resiliencia de los animales y de las personas compasivas que se dedican a su cuidado y bienestar.